12 de junio de 2013

Definiciones y principios Toltecas. Frank Díaz.




La Toltequidad se puede definir como el mensaje de la Serpiente Emplumada al ser humano, un mensaje que dignificó la tierra de Anawak, convirtiéndola en templo del Ser Supremo.


“Porque es tu casa, Dador de vida, porque aquí imperas tú, nuestro Padre, en Anahuac se ha escuchado un canto en tu honor y por doquier se derrama.”


(Cantares de los Señores, Retorno de los guerreros)


Un aspecto remarcable de la Toltequidad, es su refinamiento. Otras religiones del mundo se limitan a velar porque sus fieles sean obedientes a ciertos mandamientos; en el antiguo México, además, se les exigía el cultivo de los sentidos.

El término Tolteca no significa creyente, sino artista, y, por extensión, persona culta. En los mejores momentos de México, con una educación gratuita, obligatoria y generalizada, no había pretextos para ser un salvaje. De ahí que el consejo de los textos sagrados sea:


“Conoce los símbolos, las palabras. Canta bien, habla bien, conversa bien, responde bien, ora bien. La palabra no es algo que se compre.”
(Olmos, Huehuetlahtolli)


“La ley es que se cante; es la ley de de la Hermandad, la ley de la Nobleza (espiritual).”
(Cantares, Canto a Mixcoatl)


“Cuanto puedas produce, ambiciona las flores de Aquel que te dio la vida, de Aquel por Quien vivimos.”
(Cantares, Canto a Mixcoatl)


Un verdadero tolteca en Anawak sabía leer y escribir, y, por eso, estaba en contacto con la sabiduría legada por los antepasados. Como observamos en los siguientes versos, la importancia de la transmisión del saber hizo que la escritura misma, así como la lectura y la música mnemotécnica que le acompañaba, llegasen a ser sinónimos de autoridad, en un sentido cultural:


“Los que leen, los que relatan, los que ruidosamente despliegan las hojas de los códices, los que poseen la tinta negra y roja, las pinturas, ellos nos llevan, nos guían, nos señalan el camino.”
(Libro de los Coloquios)


“Allá, en la Casa de Nuestro Origen, estaban los sabios, los poseedores de códices, los 
dueños de las pinturas, los que llevaron todas las artes de los toltecas… Todo lo llevaron consigo: los libros de cantos, la música de las flautas.”
(Códice Florentino)


Como depositario de la experiencia histórica, el tolteca era una persona de alta responsabilidad en su medio social. Su conducta servía de dechado en prácticamente toda forma de actividad útil. Veamos unas definiciones tomadas de los Wewetla’tolli que conservó el padre Sahagún:

El tolteca como líder de su comunidad:
“El tolteca es sabio, es una lumbre, una antorcha, una gruesa antorcha que no ahuma. Hace sabios los rostros ajenos, les hace tomar corazón. No pasa por encima de las cosas: se detiene, reflexiona, observa.“

“El sabio es luz, tea, espejo horadado por ambos lados. Suya es la tinta, los códices; él mismo es escritura y sabiduría, camino, guía veraz para otros; conduce a las personas ya las cosas, y es una autoridad en los asuntos humanos.”


El tolteca como jefe de la familia:
“He aquí al verdadero padre: es raíz y principio de linajes. Bueno es su corazón, receptivo, compasivo, preocupado. De él es la precisión, el apoyo; con sus manos protege, cría, educa, da ejemplos para vivir, pone delante un gran espejo. Por él todos 
somos confortados, corregidos, enseñados. Gracias a él, el niño humaniza su querer y recibe una estricta educación.”


El médico tolteca:
“El médico verdadero da vida, conoce por experiencia las hierbas, minerales, árboles y raíces. Prueba sus remedios, examina, experimenta, alivia enfermedades, da masajes, compone los huesos, hace purgas, sangra, corta, cose, hace reaccionar y cubre con ceniza. Conforta el corazón ajeno, da alivio y sanación.”


El artífice tolteca:
“El verdadero tolteca es un hombre conocedor de colores. Sabe de aplicaciones y armonías. Dibuja pies, caras, sombras, logra efectos. Como tolteca, pinta los colores de todas las flores.”


El tolteca como investigador esotérico:
“El verdadero sabio es cuidadoso; respeta la tradición, posee la transmisión del conocimiento y lo enseña a otros, sigue la verdad. Nos hace tomar un rostro y desarrollarlo, abre nuestros oídos, nos ilumina. Es maestro de maestros.“


“El falso sabio, en cambio, es como un médico ignorante o un hombre sin cordura; dice que tiene la tradición, pero es sólo vanagloria, sólo tiene vanidad. Amante de la oscuridad y los rincones, es un ‘sabio’ misterioso, un ‘brujo’ con secretos, un ‘soñador’ que estafa a su público, pues les despoja de algo. En lugar de aclarar, encubre las cosas, las torna difíciles; hace perecer a sus seguidores a fuerza de misterios; acaba con todo.”

Principios

El mensaje de la Toltequidad se puede resumir en un conjunto de principios que quedaron recogidos en los textos sagrados de Anawak. Los principales son los siguientes:

Principios éticos

1. Teosentlasotla, amar lo divino: “Ten gran cuidado de buscar la amistad de Aquel que está en todas partes y es invisible e impalpable (Tloke Nawake Yowalli E’ekatl). Ofrécele todo tu corazón y tu cuerpo.”
(Sahagún, Suma Indiana)


2. Kateikniu’tlani, tener paz con el prójimo: “Ten la paz con todos, por nada del mundo humilles a otra persona. Deja que la gente hable lo que quiera y tú, haz silencio.”
(Sahagún, Suma Indiana)


3. Amo Keketsa, no “matar” el tiempo: “No pierdas el tiempo que te ha sido otorgado en este mundo, ni de día ni noche, porque el tiempo es sumamente valioso.”
(Sahagún, Suma Indiana)


Principios ideológicos
1. Ishtlamati, experiencia propia: “Conoced experimentalmente el camino de las cosas… Haceos toltecas: hombres de experiencia propia.”
(Viseo, Huehuetlahtolli)


” De este modo os convertiréis en toltecas: si adquirís hábito y costumbre de consultarlo todo con vuestro propio corazón… Toda persona que se atenga a su propio bien, allegará para sí la excelencia y conquistará la Vida.” 
(Sahagún, Suma Indiana)


2. Kinamiktli, equilibrio dinámico: “Evita los extremos, mantente en el medio, porque sólo en el medio existe la función social, la condición honorable.”
(Códice Florentino VI.18)


“Ipam inin kinametin nemia. Wetla paloliskatka matimowetsi ipampa – Por entonces vivían en esta tierra los kinames (equilibrados), y su saludo era: ‘Que no te caigas sobre la tierra’.”
(Anales de Cuauhtitlan)


3. Toltekayotl, autocultivo: “El tolteca es abundante, múltiple, inquieto; a sí mismo se adiestra, dialogando con su propio corazón y encontrando respuestas en su interior.
(Códice Florentino)


4. Masewalistikayotl, merecimiento: “Así es, en verdad: por su merecimiento, él inventó a los hombres y nos hizo seres humanos. Así, llegó a ser Ketsalkoatl.”
(Olmos, Huehuetlahtolli)


“No es por la existencia colectiva por lo que Nuestro Señor nos conserva sobre la tierra. ¡Que lleguemos a vivir por mi mérito y por el tuyo!”
(Códice Florentino VI)


5. Nanamiki, consciencia de nuestra finitud: “Aparejaos para morir y no esperéis por agüeros (falsas creencias de supervivencia), porque en breve sabremos por nosotros mismos qué es lo nos está deparado. Puesto que no somos los primeros ni los últimos a quienes esto acontece, ¡esforzaos como valientes, hijos míos!”
(Sahagún, Suma Indiana)


Principios teológicos
1. Senteotl, la unidad divina: “El Ser Supremo es Uno, Ketsalkoatl es Su nombre. Nada pide, sólo serpientes y mariposas le ofrendaré.”
(Códice Florentino)


2. Tlakayotl, la doble naturaleza del ser humano: “Cuando el niño nace, el demonio, por el pacto expreso que sus padres tienen con él, le dedica a su nahual. Advirtiendo que tal niño, después que llega a uso de razón, reitera el pacto expresamente.”
(De la Serna, Tratado de las Supersticiones)


3. Mawistikayotl, la manifestación gloriosa de Ketsalkoatl: “He venido yo, semejante a un ciervo – aquel ciervo que nos profetizaron nuestros antepasados. Sufro, pues estoy separado del Dador de Vida. Pero se que regreso a Su casa.”
(Cantares de los Señores, Canto de primavera)


4. Walkisa, el retorno de Ketsalkoatl: “Vendrá el día en que él retornará para conocer de nuevo su estera y su trono.” (Sahagún 12.9)

“Nuestro Señor retorna a su origen y nosotros nos vamos con él, porque lo acompañamos a dondequiera que vaya. Se va Aquel que es viento y tinieblas, pero habrá de volver, volverá a aparecer, de nuevo vendrá a visitarnos para concluir su camino en la tierra.”
(Códice Matritense)


5. Shoshou’ki, la libertad: “Si no te liberas a la hora del verdor y del renuevo, por tu propia voluntad te habrás arrojado a la boca de las fieras.”
(Viseo, Huehuetlahtolli)


“He aquí mi agua purificadora. Te estoy liberando de la tierra, de la oscuridad, de lo sucio y lo mortal. Te estoy desatando de la condición del simio. Soy el gran libertador. ¿Acaso te estoy sacudiendo demasiado fuerte? ¡Adelante, iniciado, esfuérzate!”
(Ritual de los Bacabs)

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